Si en algo es fetichista Marx, no es en el trabajo y la producción, sino más bien en el ideal mucho más complejo y amplio del desarrollo: «el libre desarrollo de su energía física y espiritual» (Manuscritos de 1844); el «desarrollo de la totalidad de las capacidades de sus propios individuos» (La ideología alemana); «el libre desarrollo de cada uno será la condición del libre desarrollo de todos» (Manifiesto); «la universalidad de las necesidades, capacidades, goces, fuerzas productivas, etc., de los individuos» (Grundrisse); «el individuo completamente desarrollado» (El capital).