equivale a existir hoy, a existir de verdad para el día de hoy. Y en la medida en que sea para ti una gran verdad el que existes hoy, en la media en que estés presente de ti mismo debido a que hoy existes, en esa misma medida no existirá para ti el día de la desgracia, el día de mañana. La alegría es el tiempo presente, con todo el acento cargado en el término presente. Por ello es dichoso Dios, que eternamente te dice «hoy» y que está infinita y eternamente presente de sí mismo debido a que hoy existe.