es

Fabio Morábito

  • Diana Moránhas quotedlast year
    Todos queremos mar.
    Es nuestro único credo.
    Real e inconfesado.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    si conociéramos el arte
    de abrir piedras,
    nos mostrarían la lentitud
    de su convalescencia,
    como sucede con los árboles;
    pero ¿quién puede abrir,
    que no es lo mismo que partir
    en dos, o en tres, o en mil,
    lo que se dice abrir, las piedras?
    Si se les mira mucho
    acaban por mostrar
    su gris más íntimo,
    y un poco de ese gris,
    que a lo mejor sólo los pájaros
    distinguen
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Los elefantes nacen viejos,
    tener desde el comienzo todas
    las arrugas
    es su sabiduría.
    Pueden averiguarlo todo
    porque reducen a su mínima
    expresión, a su interior
    desnudo y sin escoria,
    lo que les sale al paso,
    como hacen con los árboles
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Su trompa es la extensión
    de sus arrugas,
    es la culminación de su vejez.
    Tanta vejez anda en manada
    para defenderse,
    tantas arrugas juntas
    para lograr
    la calma de los elefantes,
    su extraordinaria falta
    de locura.
    Llegar a todas las arrugas
    de la tierra,
    al fondo de los surcos
    donde no hay sol, ni clima, ni deseos,
    llegar
    a la sabiduría de la esponja
    y recibirlo todo, abrirse a todo,
    envejecer de tanto abrirse,
    palidecer por falta de carácter
    y ser interiormente una manada,
    nunca uno solo
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    En el pasillo,
    mientras leo,
    se abre una puerta y se cierra,
    se abre y se cierra,
    y yo espero que se acabe su agonía.
    Dicen que cuando el aire
    abre y cierra una puerta,
    alguien muy cerca está en peligro.
    Hay que prestar oído,
    cerrar el libro que leíamos
    y unirnos a ese rezo;
    no levantarnos a cerrar la puerta,
    sino quedarnos quietos y oír, oír
    hasta sacarle alguna música al crujido
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Yo que he olvidado las palabras
    de los rezos,
    enciendo el purificador de aire
    por la noche.
    Todos rezamos antes de dormir
    aunque no recordemos las palabras
    de los rezos,
    y ese zumbido,
    como un rezo,
    da un toque lírico a los muros
    de mi cuarto.
    También quien reza,
    me imagino,
    reforma el aire
    con su rezo,
    lo pasa por un filtro,
    pero prefiero ese zumbido,
    que es fe en estado puro,
    a las palabras de los rezos,
    que circunscriben una fe
    y estrechan el espíritu
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Tal vez rezamos
    para recrear
    la combustión del fuego
    alrededor del cual nacieron
    los primeros círculos.
    Con el murmullo
    de los labios
    regresa otro murmullo
    que le dio forma a nuestro oído.
    Nuestras plegarias son el eco
    del trabajo de las llamas
    que levantaban de la nada un muro.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Algo en nosotros no confía en los muros
    que son inmóviles y torpes,
    el muro que realmente conocemos habla,
    tiene una voz y un rostro,
    respira como un animal
    y esa respiración nos da tranquilidad,
    la sensación de un círculo cerrado.
    Nadie se duerme sin un poco de ese círculo
    en los labios.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Yo también estuve en un coro,
    en una voz sin grietas.
    Jamás oí las voces
    que debajo de esa voz
    salían por una grieta, heridas.
    Nunca aprendí la voz de cada rostro.
    Desde que empezamos una sola voz
    borró los rostros, las heridas.
    Nuestro maestro sólo oía esa voz.
    Pero sólo una voz herida es una voz audible.
    No sé qué oían los que nos oían.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    No he amado bastante
    las sillas.
    Les he dado siempre
    la espalda
    y apenas las distingo
    o las recuerdo.
    Limpio las de mi casa
    sin fijarme
    y sólo con esfuerzo puedo
    vislumbrar
    algunas sillas de mi infancia,
    normales sillas de madera
    que estaban en la sala
    y, cuando se renovó la sala,
    fueron a dar a la cocina.
    Normales sillas de madera,
    aunque jamás
    se llega a lo más simple
    de una silla,
    se puede empobrecer
    la silla más modesta,
    quitarle siempre un ángulo,
    una curva,
    nunca se llega al arquetipo
    de la silla
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