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Fabio Morábito

  • Diana Moránhas quotedlast year
    Todos queremos mar.
    Es nuestro único credo.
    Real e inconfesado.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    hay que buscar el nombre del difunto

    en una gran pared,

    dejar las flores en el nicho

    (si está muy alto un encargado trepa

    una escalera y deposita

    la ofrenda por nosotros)

    y dedicar un tiempo

    a contemplarlo,

    no equivocarse de cajón,

    no curiosear en el dolor de junto

    y sostener la vista

    aunque nos duela el cuello

    y sostener la compunción

    y el llanto,

    que en esa posición

    se vuelven un problema,

    pues sin la vista baja,

    que es la que nos inclina

    a repensar al muerto

    y a revivirlo cada quien en su memoria,

    se pierde el sentimiento de la tierra,

    que todo lo que acoge y hace suyo,

    lo pudre y envenena.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Los muertos quedan sin profundidad,

    expuestos en un aire

    de acomodo

    como de estiba

    en donde, pese a todo,

    nos dan un toque de jardín
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    El nombre es un temblor

    que alumbra el primer día de luz y el último,

    con tal intensidad que nos deslumbra,

    y a lo mejor vivir

    es ir de lumbre en lumbre

    rehaciendo ese primer y único relámpago.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Sólo unos cuantos pueden

    con un esfuerzo mínimo de labios

    llamarse desde el fondo de sí mismos

    y oír la voz que los llamó

    recién nacidos

    y oírse de su propia boca renacer.

    No necesitan una cripta cuando mueren

    porque mientras vivían su nombre

    los alumbró sin desperdicio.

    Siempre supieron

    a qué sabía su nombre en otros labios.

    Los otros tienen que esperar

    que el nombre,

    ya no alcanzable por los gritos de ninguno,

    vuelva a ser dicho por los labios

    de un curioso,

    un simple buscador de sombra como yo

    que lo repite imaginando el rostro

    del difunto,

    para que su dureza se evapore,

    pierda su opacidad

    y brille en otros labios como entonces.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Asomado con un ojo al reloj

    y otro al paisaje,

    si esto es paisaje,

    mirando sin mirar,

    nervioso,

    casi sin ver lo que estoy viendo,

    que por demás archiconozco,

    quisiera estar así, asomado,

    sin esperar,

    y ver lo mismo,

    pero con otros ojos,

    sin pendientes.

    Por el gusto de mirar.

    Me lo propongo siempre,

    pero jamás me acuerdo.

    Sólo me asomo cuando espero a alguien
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Miro a esos dos de la mesa del fondo

    y aunque no oigo lo que dicen,

    por las caras que ponen,

    por sus gestos,

    por cómo cada uno escucha al otro

    y asiente convencido

    o lo interrumpe,

    los envidio.

    Quisiera unirme a ese fervor

    que apenas necesita de palabras,

    gesticular con ellos

    sin el volumen de la voz,

    como los veo de mi lugar;

    dejar al fin brillar los labios,

    comunicarnos con la sola mímica

    y acalorarnos con el puro cuerpo.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Qué hermoso era que hubiera

    esos varones mercuriales

    que con sus mocasines blancos nos decían:

    la vida puede darse entera en una orilla

    sin dar la espalda nunca a lo que amamos,

    siempre en el filo del primer atisbo,

    jamás retrocediendo,

    jamás oscureciendo nuestros pasos.

    Se alaba de sus pasos la ciudad,

    ellos que introducían en el tráfico

    la nota discordante de una brisa.

    ¿En qué salón de baile se han reunido?

    ¿Por qué no salen como antes

    a decirnos que los años

    son demasiado pocos para malgastarlos

    con el calzado negro de la prisa?
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Vine al principio por los árboles,

    pero me aficioné a los nombres de las criptas,

    que leo como quien toma una infusión,

    a breves sorbos.

    Buscaba la corteza,

    algo que se pudiera recorrer

    indiferentemente con los ojos o los dedos

    y hallé estos nombres en perpetuo asueto,

    libres de nuestros gritos y reclamos,

    algunos libres ya de todo labio humano,

    que son tal vez otra corteza,

    la capa extrema del idioma,

    la más delgada de sonido,

    la última cancha de las sílabas.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    si se cursara el primer año entre los muertos,

    no en las escuelas,

    y en vez de repasar conceptos

    se repasaran los difuntos,

    en cada cosa que diríamos de grandes

    la muerte habría dejado ya

    su gota de precioso antídoto,

    una amargura en el lenguaje

    que se transmitiría, qué duda cabe, al resto,

    y hablar, así, sería una forma

    de hacer crecer en nuestra compañía

    este silencio inmenso,

    como morir, de alguna forma,

    la plenitud de lo decible
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