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Marcel Proust

  • Dan11x2has quotedlast year
    rayaba en lo sublime, pues, cuando con la esperanza de un descubrimiento precioso deseamos recibir ciertas impresiones de la naturaleza o del arte, sentimos cierta aprensión a la hora de dejar a nuestra alma acoger en su lugar impresiones inferiores, que podrían confundirnos sobre el valor exacto de la belleza. En Andrómaca, en Los caprichos de Marianne, en Fedra, la Berma era una de esas cosas famosas que mi imaginación tanto había deseado.
  • Dan11x2has quotedlast year
    Ni siquiera podía distinguir en su dicción y en su arte —como tampoco en los de sus compañeras— entonaciones inteligentes, gestos hermosos.
  • Dan11x2has quotedlast year
    auténtico genio para la intriga oculto bajo la máscara de la indiferencia, había granjeado al Sr. de Norpois el ingreso en la Academia de Ciencias Morales y, el día en que
  • Dan11x2has quoted8 months ago
    ás esa estupenda gracia juvenil del rey Teodosio con la que tan bien se gana los corazones. Me han dicho que, al oír precisamente esa palabra —“afinidades”—, que era, en resumen, la gran innovación del discurso y seguirá siendo la comidilla durante mucho tiempo —ya lo verán— en los comentarios de las cancillerías,
  • Alfonso Velascohas quoted2 months ago
    Un hombre que duerme está rodeado por el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos.
  • Luis Héctor Inclán Cienfuegoshas quotedlast year
    como quienes salen de viaje para contemplar con sus propios ojos una ciudad deseada y se imaginan que se puede gozar en una realidad el encanto del sueño
  • Luis Héctor Inclán Cienfuegoshas quotedlast year
    la sensación de la existencia en su sencillez primordial, como la que puede vibrar en el fondo de un anima
  • Pavel Lópezhas quoted2 years ago
    tenía tan sólo la sensación de la existencia en su sencillez primordial, como la que puede vibrar en el fondo de un
  • Pavel Lópezhas quoted2 years ago
    Cierto es que entonces ya estaba despierto, mi cuerpo había dado una última vuelta y el ángel bueno de la certidumbre lo había detenido todo a mi alrededor, me había acostado bajo las mantas, en mi alcoba, y había situado aproximadamente en su lugar —en la obscuridad— mi cómoda, mi escritorio, la ventana que daba a la calle y las dos puertas, pero, aun sabiendo que no me encontraba en las moradas cuya presencia —pese a no habérmela presentado como una imagen nítida— me había hecho considerar posible —al menos por un instante— la ignorancia del despertar, la memoria se me había puesto en movimiento; por lo general, no procuraba volver a dormirme en seguida: pasaba la mayor parte de la noche recordando nuestra vida de antaño —en Combray, en casa de mi tía abuela, en Balbec, en París, en Doncières, en Venecia—, recordando los lugares, las personas que había conocido, lo que de ellas había visto, lo que de ellas me habían contado.
  • Pavel Lópezhas quoted2 years ago
    «Así no se hará robusto y enérgico», decía con tristeza, «sobre todo un niño como éste, que tanto necesita cobrar fuerzas y voluntad».
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