La guerra sucia en Guerrero duró una década; se ha fechado de 1971 a 1981. La llevó a cabo el Ejército, principalmente: hombres, mujeres, ancianos, niños y niñas fueron víctimas de violaciones sexuales, detenciones en cárceles clandestinas, desapariciones forzadas y ejecuciones sumarias en las que incluso se arrojaban los cuerpos al mar, entre otras atrocidades que agraviaron desde entonces a muchas familias campesinas de la entidad.