limitaciones de la relatividad especial no aplican si el espacio está expandido o contraído. Imaginemos, por ejemplo, que dibujamos dos puntos en la superficie de un globo parcialmente inflado, y luego lo inflamos un poco más. Los puntos se alejan entre sí, pero siguen estando exactamente en las mismas partes del globo en que estaban al comienzo. Los puntos no se movieron en el “espacio globo”. Es el propio globo el que cambió. De modo similar, sabemos que el espacio puede expandirse o contraerse.