Quisiera no visualizar la escena, quisiera prohibirme esta prueba, ahorrarme este masoquismo, pero es superior a mí, se impone el escritor, incluso en esas circunstancias, el que se lo imagina todo, el que necesita ver para hacer que los demás vean, siempre acaba formándose una imagen, siempre se impone: veo el cuerpo colgado del extremo de la cuerda, la cabeza inclinada, la carótida comprimida, el ligero balanceo, la cuerda está atada a una viga, la silla se ha volcado, los rayos de un sol invernal se filtran a través de unas tablas y se deslizan entre la paja.