Una Pérez Ruiz

  • Héctor Ramírezhas quoted3 months ago
    Creo que mi amor es lo que ha conservado el calor de su cuerpo hasta hoy. Sin duda está muerta, pero esa calidez se mantiene.
  • Yasna Lozanohas quoted2 years ago
    jos estaban anegados de terror. “Mi cabeza es un sepulcro para mis pensamientos; mi cuerpo, un ataúd.” Caminó detrás del rey con pasos lentos y las manos entrelazadas al frente.
  • Yasna Lozanohas quoted2 years ago
    Si no veo la luna hoy, mañana estaré muerta.
  • Yasna Lozanohas quoted2 years ago
    me quedé solo en medio de una noche sin luz.
  • ultrazulhas quoted2 years ago
    Eso no es cierto, Eleanor… Solamente me pongo disfraces para hacerme más sólida, más sustancial
  • ultrazulhas quoted2 years ago
    a luna es inmortal —gritó la joven, con las manos alrededor del cuello de la vieja—. Mataste a la luna, pero la luna no se pudre como tu hijo.
  • Grishas quotedlast year
    negarse a responder una pregunta sobre la historia de su familia. “No pienso en términos de explicaciones”, añadió. “Yo era todo, todo estaba en mí; disfrutaba ver cómo mis ojos se convertían en milagrosos sistemas solares, alumbrados por su propia luz…”
  • Grishas quotedlast year
    Hay escritores que describen lo desconocido (como el proceso de descuartizar ballenas para extraer su grasa subcutánea) y logran volverlo familiar; hay escritores que describen lo ordinario (un día en Dublín) y consiguen revestirlo de novedad. La capacidad de hacer dos cosas a la vez, de unir dos elementos que parecen estar en conflicto para crear algo sorprendente, es una de las funciones de lo maravilloso.
  • Sofi An Cruzhas quoted2 years ago
    Aunque no me crean
    mi relato es hermoso.
    Y la víbora que lo cantó
    lo cantó al salir del pozo.
    KATHRYN DAVIS
  • Sofi An Cruzhas quoted2 years ago
    —Creo que tengo la solución. ¿Tienen criada?
    —Sí —contesté, perpleja.
    —Pues ya está: llámala, y cuando entre, nos abalanzamos sobre ella y le arrancamos la cara; la llevaré sobre la mía en la noche.
    —No me parece práctico —argumenté—. Seguramente morirá al quedarse sin cara. Encontrarán el cadáver y acabaremos en la cárcel.
    —Tengo hambre suficiente como para comérmela —replicó la hiena.
    —¿Y los huesos?
    —También —agregó—. Entonces, ¿ya quedamos?
    —Sólo si prometes matarla antes de arrancarle el rostro; si no le va a doler demasiado.
    —Está bien. A mí me da igual.
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