Alana Portero

  • Bonzo Poehas quoted10 months ago
    Vi caer como ángeles terminales a una generación entera de muchachos. Adolescentes con la piel gris a los que les faltaban dientes, que olían a amoniaco y a orina. Flanqueaban con sus escorzos la salida del metro de San Blas en la calle Amposta y las praderitas del parque El Paraíso como cristos de Mantegna. Cubiertos de agujas como san Sebastián. Sentados o tendidos de cualquier manera. Moviéndose apenas, lentos y sincopados como muñecos rotos. Con la sonrisa elevada de los crucificados. Indefensos pero ya flotando en lugares donde nada podía tocarlos. Los vi brotar y hacerse cada vez más lentos hasta alcanzar la quietud final y descomponerse en el fango que se acumulaba en nuestro barrio con nombre de santo pero dejado de la mano de Dios.
  • Mariana Nomáshas quoted3 months ago
    Las madres de mi barrio no abrazaban a sus hijos muertos como las vírgenes en las piedades renacentistas. Lo hacían volcadas sobre los cuerpos, a gritos, despeinadas, con los ojos hinchados y babeando.
  • Mariana Nomáshas quoted3 months ago
    Varias generaciones de criaturas de clase obrera crecimos así, imaginando mundos enteros en las mismas nadas que podían terminar siendo nuestros lechos de muerte.
  • Mariana Nomáshas quoted3 months ago
    Los remordimientos y la contención llegan con la decrepitud, como el egoísmo, cuando se habita el reverso de la vida y se entiende que casi nada feo existe que no nos termine por alcanzar.
  • Mariana Nomáshas quoted3 months ago
    Aprendí que a las mujeres que viven a su manera, que envejecen a su manera y que llevan la vida marcada en la cara, bien visible, se las suele cubrir con el manto del patetismo y de la burla porque se las teme.
  • Mariana Nomáshas quoted3 months ago
    Las niñas siempre estamos escuchando y nunca se sabe qué se agita dentro de cada una que puede ser dañado para siempre con una palabra.
  • Sandra Viviana Chisaca Leivahas quotedlast year
    Ellos, de su inconmensurable desgracia, hacían una caldera de furia que los animaba a no detenerse. Intuía que las cosas eran más complicadas y creía ver grietas en las corazas de aquellas criaturas que estaban empezando a vivir y lo habían hecho de la peor de las maneras, pero su fortaleza me maravillaba.
  • Sandra Viviana Chisaca Leivahas quotedlast year
    Mi vida y mi educación sentimental maduraban a través de una intimidad tristísima en la que seguía haciendo cosas a escondidas. Crecía teniendo que parecer algo que no era, que cada vez se me daba mejor, que cada día dolía más, y con la seguridad de que mi mundo, el que se alejaba de mí de forma inexorable, era el de las mujeres.
  • Selene Cárdenashas quoted2 months ago
    Aprendí que la genealogía, al ser un amor heredado, solo funciona en cascada
  • Itzel Robleshas quoted4 months ago
    La droga fue la última forma de ejecución sumarísima de disidentes de un régimen que había encontrado la forma de perpetuarse.
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