No estamos preparados para la lenta y silenciosa soledad. A fin de cuentas, su presencia es tan abrumadora para todos nuestros sentidos, y me he dedicado a leer sobre ello, que no es de extrañar que también se considere un problema de salud con tintes epidémicos, que puede afectar al corazón y al sistema inmunológico, provocar enfermedades inflamatorias, demencia y trastornos del sueño.