Al igual que hay distintos tipos de habla compulsiva, también hay distintos tipos de habladores compulsivos. Los clasifico en seis categorías:
Los egohabladores son los tipos que hablan en voz alta y lo saben todo (y sí, casi siempre son hombres), interrumpen a la gente y dominan las conversaciones porque creen sinceramente que sus ideas son mejores que las de los demás, aunque no sepan de qué están hablando. Silicon Valley, donde he desarrollado gran parte de mi carrera, está repleto de hombres (y siempre son hombres) que se han hecho ricos gracias al software y ahora lo saben todo sobre todo. ¿Cambio climático? ¿Cirugía cardíaca? ¿Bitcoins? No tienen ni idea, pero saben más que los expertos.
Los habladores nerviosos sufren ansiedad social y parlotean para tranquilizarse.
Los reflexivos piensan en voz alta —hablan consigo mismos, básicamente— y fastidian a todos los que los rodean.
Los locuaces son muy verbales y piensan rápido, pero carecen de filtro.
Los charlatanes sueltan tonterías, cuentan las mismas historias sin cesar y no paran aunque intentes interrumpirlos, como un coche sin frenos que se precipita cuesta abajo.