El sol quema y me encandila. En realidad, me quema los ojos, y cuanto más los cierro, más me escuecen. Calor. Sudor. Cierro con fuerza los párpados, después los relajo; un caleidoscopio de colores y formas flota delante de mí. Estática televisiva, paramecios, cometas con colas de fuego, tornados, violencia, calma, y todo en la oscuridad, detrás de mis párpados. Me pregunto si será eso lo que Lily ve ahora, ciega como está; si puede percibir la luz, si en su ceguera consigue ver tantas formas y colores. ¿O solo oscuridad, los ojos empañados por la negrura total de la tinta del pulpo?