FATIGA
Ya están plenas las cuencas de mis ojos,
pronunciadas las más tiernas palabras;
sin embargo, tú, amor que me taladras,
quedas mudo a mis íntimos antojos.
Yo he albergado las más candentes rosas
y he apretado de cantos mi garganta,
mas de ti sólo enorme se levanta
un mar de olas glaciales, silenciosas.
Ya mi voz se ha bañado de fatiga,
ya de tanto llamarte languidece,
pues ya gira en las ondas, ya se espiga.
Y acelera su paso y se enardece,
mas llegando a tu hielo se desmiga,
y en las sombras calladas desvanece.