Juan Calvino

  • Mishu Herrerahas quoted3 months ago
    La meta de la nueva vida en Cristo es que los hijos de Dios exhiban la “melodía y armonía” de Dios en su conducta. ¿Qué melodía? La canción del Dios de justicia. ¿Qué armonía? La armonía entre la justicia de Dios y nuestra obediencia.
  • Mishu Herrerahas quoted3 months ago
    Puesto que Cristo nos ha unido a Su cuerpo como miembros, deberíamos desear fervientemente no desagradarle en nada. Cristo, nuestra Cabeza, ha ascendido a los cielos; por lo tanto deberíamos dejar atrás los deseos de la carne y elevar nuestros corazones a Él.
  • Mishu Herrerahas quoted2 months ago
    el deber de todo creyente presentar su cuerpo como un sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios, como indica la Escritura. En esto consiste la verdadera adoración.
  • Mishu Herrerahas quoted2 months ago
    Es el deber de todo creyente presentar su cuerpo como un sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios, como indica la Escritura. En esto consiste la verdadera adoración.
  • Mishu Herrerahas quoted2 months ago
    Busquemos, más bien, el provecho de los demás, y aun en forma voluntaria renunciemos a nuestros derechos por el bien de nuestro prójimo.
  • Mishu Herrerahas quoted2 months ago
    Ningún miembro del cuerpo mantiene su fuerza para sí mismo, ni la aplica para su uso exclusivo, sino solamente para el provecho de los demás.
  • Mishu Herrerahas quotedlast month
    Cuanto más seamos afligidos por las adversidades, más será confirmada nuestra comunión con Cristo.
  • Mishu Herrerahas quotedlast month
    Ser arrebatados del amor a nuestro “ego” resulta sumamente provechoso, pues así nos damos cuenta de nuestra propia debilidad y, por lo tanto, dejamos de confiar en nosotros mismos para comenzar a poner toda nuestra confianza en Dios.
  • Mishu Herrerahas quotedlast month
    nuestra fe es probada por medio de las tribulaciones, así como se prueba el oro por fuego.
  • Mishu Herrerahas quotedlast month
    en la más amarga de nuestras pruebas deberíamos disfrutar de la misericordia y bondad de nuestro Padre, pues ni aun en las circunstancias más duras deja de preocuparse por nuestro bienestar.
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