Imagina un río de aguas serenas que atraviesa un campo. Ese es tu río de bienestar. Ahí, en el agua, avanzando apaciblemente en tu canoa, sientes que en general estás en buenas relaciones con el mundo que te rodea. Te entiendes a ti mismo, entiendes a los demás y tu vida. Eres flexible y te adaptas a cada situación nueva. Permaneces estable y en paz.