Debido a que el tarot se basa en el lenguaje universal del simbolismo, su influencia se ha extendido a lo largo de varios siglos por todo el mundo, sin restricciones de barreras lingüísticas o semánticas. Y, como el simbolismo es también el lenguaje del inconsciente, el uso del tarot tiende a activar la mente intuitiva, o centro del hemisferio derecho. Debido a esto, las cartas han sido, desde el siglo XVIII, más comúnmente usadas para la adivinación «psíquica» a través de diversas tiradas; una de las más populares es la cruz celta.