Las lenguas de señas y las orales tienen la complejidad estructural propia del lenguaje humano: tienen una estructura lingüística en los niveles fonológico, morfológico y sintáctico. Los investigadores han mostrado que en el nivel fonológico, las señas, al igual que las palabras de las lenguas orales pueden subdividirse en elementos subléxicos como diferentes configuraciones manuales, la orientación el movimiento, la ubicación, etcétera (Cruz-Aldrete, 2008).