El mejor remedio para una persona enferma emocional o físicamente es darle esperanza todo el tiempo.
Tal como acabas de leer, hay que hablarle de esperanza, darle de comer esperanza, transmitirle esperanza. Eso es lo mejor que podemos hacer: cuidarla y transmitirle que incluso de ese dolor se puede salir. No la castiguemos, ni la culpemos, sino que debemos darle la esperanza de que hoy está así, pero mañana estará bien. La esperanza es terapéutica.