Echa un vistazo, Harold —dijo—. Ahí tienes al Ejército, aplastando a los hispanos en San Juan, machacando a los chinos, azotando a los pieles rojas y marchando al frente de batalla por el puente de Remagen. ¡Qué gran vida! Te ofrece historia y educación. Acción. Aventura. ¡Consejos! ¡Verás la guerra… en persona! Y montones de chicas de ojitos rasgados. ¡Te harás un hombre, Harold! Cuando te pones el uniforme y caminas erguido, con brío en el paso y brillo en la mirada, tu corazón sabe que estás luchando por la paz. Y sirviendo a tu país