Me revuelco y me froto con la tierra y siento placer. La tierra calma mi cuerpo mudo, mi corazón se multiplica. Diez corazones tienen las lombrices. Y se arrastran. Me froto hasta que mis codos y rodillas sangran, hasta que se lastima esta piel que no es mía. Como raíces y hierba seca, trago tantas como puedo y siento náusea. Las raíces me alimentan y luego me expulsan: nacer es así.