casas de pique”, para aplicarles todo tipo de torturas, vejámenes o causarles la muerte, aunque previamente entregaran toda la información requerida o, lo que es peor, lo que quisieran escuchar sus captores; una combinación de ajustes de cuentas y mensajes de intimidación destinados a lograr nuevas extorsiones u obtener los pagos que no habían sido realizados.