Cuando, al pensar en su carrera futura, un hombre se mira en el espejo, ve a un senador. Una mujer nunca sería tan presuntuosa.” Con una simplicidad que desarma, esta observación de Marie Wilson, veterana de los movimientos políticos de la mujer, fue en más de un sentido la plataforma de lanzamiento de esta exploración. A nosotras nos pareció muy cierta porque compendia perfectamente tanto nuestra reticencia como nuestra inseguridad. Y las mujeres mismas contribuimos a ello. Aun si somos senadoras, directoras generales o empleadas de alto rendimiento en el espejo no nos reconocemos como tales ni reconocemos nuestros triunfos.