La paz y el gozo son dos frutos principales del Reino de Cristo. Sea como sea el mundo, aunque no podamos regocijarnos en él, podemos regocijarnos en el Señor. Su presencia ameniza cualquier condición. «No temáis», les dice a Sus discípulos cuando estaban asustados pensando que veían un fantasma, «Yo soy» (Mateo 14:27), como si no hubiera ninguna razón para temer cuando Él está presente.
2. Que esto nos sirva de apoyo cuando nos sintamos cascados. El método de Cristo es herir primero para sanar después. Al cielo nunca entrará un alma sana y sin rasguños. En la tentación, piensen: «Cristo fue tentado por mí; mis gracias y mis consuelos serán acordes a mis pruebas. Si Cristo ha sido tan mise