Wajdi Mouawad

  • Bonzo Poehas quotedlast month
    El tiempo no existe, no hay más que instantes, y la yuxtaposición de instantes produce la ilusión del paso del tiempo.
  • Bonzo Poehas quotedlast month
    Perdido desamparado en el apremio de sus pasos, en el repiqueteo de los talones sobre la superficie helada de la carretera, se envolvía en el abrigo como se envuelve en el cielo la bandera de la profunda noche. Rodeado de casas, avanzaba en su noche y su noche avanzaba en la noche.
  • Bonzo Poehas quotedlast month
    Era la hora del té, pero el té, verde o negro, ya sea al jengibre o a la menta, no me sienta nada bien. Prefiero la Coca-Cola light. Nunca dejará de sorprenderme la sensación gaseosa que produce. Me encanta el color rubí que tiene, su levedad, su frescura y su sabor caramelizado. Me gusta sobre todo ese instante en que, asomando como por arte de magia entre los cubitos de hielo, la espuma pardusca empieza a crepitar a medida que el líquido se vierte en el vaso hasta llegar al borde, pero sin derramarse. El té no tiene tanto talento, es una bebida prudente y austera que exige una ceremonia donde la temperatura del agua y el tiempo necesario para la infusión no pueden sufrir la menor aproximación. Si la diversidad de aromas y colores conmueven a más de uno, a mí me dejan indiferente. Lo único que me gusta es la hora en que se sirve. Me parece la más feliz del día: los hombres están ahí, charlando tranquilamente. Yo me instalo en la hamaca, con un vaso en la mano, sorbo con una pajita mi Coca-Cola light y me complazco contemplando a los humanos. Los observo.
  • Bonzo Poehas quotedlast month
    Los humanos tienen un don para la ausencia: dicen Fulano está triste, pero Fulano no está. Dicen Un día tendré tiempo, pero el tiempo no está. Presumen de todo. Los humanos dicen Mi casa. Dicen Tengo un jardín. Dicen Mi familia, mis amigos. Dicen La gente, dicen El mundo. Los humanos dicen Mío, mía, míos, mías. Por ejemplo, Coach dice Mi mono, y me señala con el dedo. Dice Mi mono lo compré en África. Dice Yo mismo recluto a mis hombres. Dice Conocí a mi mujer en Cuba en 1972 y en seguida supe que era ella. Dice Mi dinero, Mi mono, Mis hombres, Mi mujer, Mis negocios.
  • Bonzo Poehas quotedlast month
    Los humanos están solos. A pesar de la lluvia, a pesar de los animales, y de los ríos y de los árboles y del cielo, a pesar del fuego. Los humanos se quedan en el umbral. Han recibido el don de la verticalidad y, sin embargo, se pasan la vida encorvados por un peso invisible. Algo los aplasta. Llueve: y se ponen a correr. Esperan la llegada de los dioses, pero no ven los ojos de las bestias que los miran. No oyen cómo los escucha nuestro silencio. Encerrados en su razón, la mayoría no conseguirá nunca franquear la sinrazón, o lo hará al precio de una iluminación que los dejará locos y exangües. Lo que tienen entre manos los absorbe y, cuando las manos están vacías, se las llevan a la cara y lloran. Los humanos son así.
  • Bonzo Poehas quotedlast month
    Necesitaba irse, lanzarse a una persecución desenfrenada e intentar atrapar a una sombra como uno intenta atraparse a sí mismo.
  • Bonzo Poehas quoted25 days ago
    La desaparición de los seres es una caracola hueca. Te la pegas a la oreja y algo susurra en el vacío.
  • Bonzo Poehas quoted23 days ago
    Léonie, ese nombre que tanto le gustaba decir, Le-o-nie, haciendo que nacieran libélulas con cada movimiento de sus labios. Léonie. Quererla era quererla más todavía. Imposible declararle su amor, pues en el instante en que iba a decirle Te quiero, ya la quería más, y habría tenido que decírselo de nuevo y repetírselo una y otra vez para estar a la altura de tan embriagadora adicción. Y no era que las palabras se quedaran cortas, sino que eran demasiado lentas.
  • Pentafasicahas quoted5 months ago
    ¿Cómo responder cuando uno se siente como un loco que intenta atrapar con las manos el verbo ser, conjugándolo en un presente pulverizado?
  • Pentafasicahas quoted5 months ago
    El ser humano es un túnel estrecho, hay que internarse en él si quieres conocerlo. Hay que avanzar en la oscuridad, aspirar el olor de todos los animales muertos, escuchar los gritos, los dientes que rechinan y los llantos.

    Hay que andar, hundir las patas en un charco de sangre y trepar por un hilo de oro abandonado por el propio ser humano, cuando no era más que infancia y ningún tejado cubría su techo. Animal entre animales, aún no sufría. El humano es un túnel y todo humano llora su cielo desaparecido. Esto lo sabe el perro y por ello es infinito su afecto por el humano
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