Te quiero.
–Te quiero –digo yo también. Y a continuación, porque le he prometido a Eli, y también a mí misma, decir en voz alta las cosas complicadas, admito–: Pero sigo teniendo miedo.
–Lo mismo digo. –Creía que la sonrisa de hacer anillos de papel era la más feliz de su repertorio, pero la que me dedica ahora la sustituye–. ¿Pasamos miedo juntos?