Eres consciente de la tensión latente entre pensar: «Soy un cuerpo» y «Tengo un cuerpo», pero eres incapaz de resolverla. «Tener» implica que el cuerpo es solo una posesión, que puedes perderlo o desprenderte de él, que puedes apañártelas sin él. Implica, quizá, que alguien podría poseer tu cuerpo y que tu cuerpo dejaría de ser tuyo. Que pertenecería a otra persona.
Y no te encaja.