Creo que demasiado a menudo la gente piensa, de forma equivocada, que si te comportas bien con otra persona o tienes un interés sincero en ella, quiere decir que no tienes en cuenta tus propios intereses. La patología de esa idea es: «Bueno, me preocuparé de mí y no de la otra persona». Y eso, por supuesto, es el tipo de actitud que lleva a montones de problemas en el área de los negocios y en la personal. Pero hay que pensar que la compasión te incluye también a ti mismo. Si nos protegemos a nosotros mismos y nos aseguramos de estar bien (y también tratamos de que la otra persona esté bien), creamos un contexto diferente para trabajar y cooperar con los demás.