Harvard Business School

Empatía cognitiva: la capacidad de entender la perspectiva de la otra persona.
Empatía emocional: la capacidad de sentir lo que otra persona siente.
Interés empático: la capacidad de entender lo que otra persona necesita de ti.

«Necesitas entender tus propios sentimientos para entender los de otros».

on ninguno. Algunas personas pueden centrarse principalmente en los clientes

Según las investigaciones, ¿qué es mejor? Cuanto más compasiva sea la respuesta, mejores resultados se obtendrán.

Crear un entorno donde haya miedo, ansiedad y falta de confianza hace que la gente se cierre en banda. Si las personas están asustadas y ansiosas, se activa su actitud a la defensiva, tal y como demuestra la neurociencia, y esto afecta a su control mental. En consecuencia, su productividad y su creatividad disminuyen»

cuando nos sentimos seguros, la respuesta al estrés de nuestro cerebro es menor

quien argumenta que promover una cultura de la seguridad, en lugar de la del miedo a las consecuencias negativas, estimula el espíritu de experimentación, tan importante para la creatividad

Creo que demasiado a menudo la gente piensa, de forma equivocada, que si te comportas bien con otra persona o tienes un interés sincero en ella, quiere decir que no tienes en cuenta tus propios intereses. La patología de esa idea es: «Bueno, me preocuparé de mí y no de la otra persona». Y eso, por supuesto, es el tipo de actitud que lleva a montones de problemas en el área de los negocios y en la personal. Pero hay que pensar que la compasión te incluye también a ti mismo. Si nos protegemos a nosotros mismos y nos aseguramos de estar bien (y también tratamos de que la otra persona esté bien), creamos un contexto diferente para trabajar y cooperar con los demás.

La palabra «atención» viene del latín attendere, que significa «estirarse hacia

la empatía y de la habilidad de construir relaciones sociales, el segundo y el tercer pilar de la inteligencia emocional (el primero es la conciencia de uno mismo