El punto fundamental, que no podemos crear memorias sin la sensación, puede resultarnos tan familiar que seamos incapaces de verlo. Es difícil creer que costara tantos cientos de años comprender el hecho, ahora evidente en sí mismo, de que los cinco sentidos trasladan información al cerebro de forma que podamos clasificarla, aprender y, finalmente, formar un sentido coherente del mundo.