Bendita sea mi mente, que aprende el camino de la bruja.
Benditos sean mis ojos, que han visto este día.
Benditos sean mis labios, que pronuncian tus nombres y guardan tus secretos.
Benditos sean mis pechos, fuertes y bellos.
Bendito sea mi útero por ser el Santo Grial, caldero y guardián de los misterios.
Benditas sean mis rodillas, que se arrodillarán en mi altar.
Benditos sean mis pies, que me ayudan a seguir este camino.