Las matemáticas fueron una parte cada vez mayor de estos avances, al aumentar la comprensión de su importancia en el estudio de los fenómenos naturales y sociales –observar las estrellas, registrar las mareas o analizar las cosechas–. La utilización de esos resultados para la navegación, la ingeniería o la agricultura aumentó la demanda de información fiable, que se publicaba en forma de tablas, todas ellas producidas con cálculo manual. Estaba surgiendo la ciencia de la estadística, con el análisis de los datos de la guerra de Crimea de Florence Nightingale, que proporcionaron poderosas pruebas a favor de la necesidad de luchar contra las infecciones en los hospitales.