Pedro Lemebel

¿Qué se creían ese Allende y sus secuaces, que a él le iba a temblar la mano para iniciar el asalto? ¿Qué pensaban esos marxistas, que el Ejército se iba a quedar de brazos cruzados viendo cómo transformaban el país en una fonda de patipelados revoltosos? Por suerte Dios y la Virgen del Carmen habían apoyado su histórico gesto, y ahora Chile era una nación ordenada y fértil como lo mostraba el paisaje florido que pasaba por la ventana del auto.

Tiene voz de maricón este cabro, pensó el Dictador, mirándole el sube y baja de las nalgas apretadas al llevar la bandeja.

extraño, pero allí, en medio de las señoras, no sentía vergüenza de alzar su voz mariflauta y sumarse al descontento.

Frente Patriótico Manuel Rodríguez

El único que faltaba era el poeta Raúl Zurita que, sin ningún reparo, había rechazado el premio. Mejor que no esté aquí ese comunista de mierda que se cree Neruda. ¿A quién se le habrá ocurrido nombrarlo? Lo único que faltaba: yo condecorando a un marxista.

ra lo enfrentaba sonriendo, desabotonándose la guerrera, desnudándose un pecho forrado en un negro sostén de encaje para recibir la medalla.

¿Cómo se mira algo que nunca más se va a ver? ¿Cómo se puede olvidar aquello que nunca se ha tenido?

¿Tienes miedo torero?

Mi loca, pensó. Mi inevitable loca, mi inolvidable loca. Mi imposible loca, afirmó leve mirando el perfil hermosamente verde azulado por un reflejo de pleamar.

un palomar, apenas una barandilla para tender sábanas, manteles y calzoncillos que enarbolaban las manos marimbas de la Loca del Frente.