Hannah Hurnard

Aunque te guíe a través del mismo Valle de la Sombra de Muerte, no tienes por qué temer, pues mi vara y mi cayado te infundirán aliento.

si permites a Malicioso que comience a proyectar una escena terrorífica en la pantalla de tu imaginación, caminarás agonizando con miedo y temblor, sin ningún motivo ni razón real.

No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor.

Cuán bellos en tus sandalias
son tus pies, hija de príncipe!
No hay joyas que los superen,
pues, de andar, se han hecho nobles.

Es que el camino que has elegido para mí -suspiró- me parece horrible, Pastor. Es del todo impracticable: me produce vértigo y me desmayo cuando miro hacia él.

Bueno -replicó él jocosamente-, pues la única manera de desarrollar pies de cierva es ir por los caminos por donde van las ciervas, como éste, por ejemplo.
Miedosa temblaba y le miraba con vergüenza.

No creo que me importara mucho, con tal que fueras Tú quien lo hiciera. Cumple sólo tu voluntad y designa tu camino para mí, Pastor. Lo demás nada importa.