as Yeguas del Apocalipsis. Sus alocadas vueltas artísticas y sus revueltas sexuales recurren a la figura de la “loca” para gestualizar —en femenino— sus descontroles de la identidad y del género que sacan de quicio a lo normado por el militarismo de la dictadura y, también, por el ideologismo de la izquierda ortodoxa