Franco Felix

Si dicen quiero, llevan queriendo desde que el universo era un punto suspendido en la nada. Y lo seguirán queriendo hasta que el cosmos retroceda y desaparezca.

El cuerpo no da saltos en el tiempo, se erosiona y se esfuma y se convierte en un montón de pequeños cuerpos que también se esfumarán y se convertirán en una energía que escapará lentamente entre la tierra.

«A mí el tal Zeus me la pela. Yo me voy a dormir».

Pero no pude llevarla sino dentro de un cajón de metal.

es hora de atravesar ese portal de luz, ese río seco, esa tierra escarificada. Tarde o temprano despertaremos juntos en esa enorme cama en la que descansabas y los magníficos rayos de un sol a millones de kilómetros de este mundo de mierda nos despertarán con su energía calentándonos los párpados.

El cuerpo no es una estampa, una fotografía, una imagen mental.

Madre no sería un zombi notable si llegara a perder sus dientes postizos. Iría por ahí besando amablemente un brazo, una pierna, una cabeza, sin poder hacerse con un pedazo de carne decente.

a cada muerto le corresponde una extinción lingüística.

Eran cuarenta canguros incrustados en la delgada arena de la playa.

Es triste cuando los refrigerios se amargan, cuando pierden sus propiedades