En mi caso, yo nunca escuché voces. No lo recuerdo como una alucinación, sino como una sensación en el cuerpo. Pero de la misma manera, cuando digo que sentía presencias en mi casa de chico, los psiquiatras dicen: «Ahí está, usted tenía alucinaciones de tal clase.» Lo que era normal o común para mí, los forenses lo explican de una manera más alucinatoria.