Xavier Antich

En situaciones en las que la vida nos lleva al límite, debemos entender estas imágenes como una especie de lamentos espectrales. Yo lo encuentro beneficioso, incluso terapéutico: que las imágenes se lamenten nos ahorra la cuota de lamento que hemos conseguido transferir en ellas. En fin, no quiero parecerte melodramático, el ejercicio de escribirte también me permite clarificar la avalancha de cavilaciones que pasan aceleradas por mi cabeza. Me doy cuenta de que las imágenes son principalmente una tarea, una puesta en relación, un proceso de articulación de vivencias. No me obsesiona establecer una especie de armonía entre el recuerdo y las imágenes, solo deseo habilitar un espacio, por frágil que resulte, en el que las fotografías no solo sean el lastre de la experiencia, sino una réplica mágica de la vida, una réplica que se libera de nuestro control y cuya autonomía debemos respetar.