Aló. Como le gustaba señalar a mi padre, esta respuesta telefónica había sido inventada por el ayudante de Thomas Edison, el húngaro Tivadar Puskás, que al descolgar el auricular por primera vez, en 1877, había exclamado: «Hallom!», que en magiar significa «¡A la escucha!». ¿De verdad escuchaba?