Cómo era la emoción que sentiste? (¿Cómo cambió tu fisiología en estas ocasiones? ¿Cuál era tu postura? ¿Cómo eran tus expresiones faciales? ¿Y tu respiración? ¿Y tu ritmo cardíaco? ¿Qué otras cosas le pasaban a tu cuerpo?)
Cuando tengas claro cómo es la emoción y cómo te hace sentir y seas capaz de relacionarla con experiencias concretas que te han entusiasmado, te será más fácil responder a la pregunta «¿Qué harías con tu vida si no tuvieras que preocuparte por el dinero?». Respuesta: «Haría cosas que me emocionasen todos los días». Bien, ¿qué es lo que más te emociona durante un periodo de tiempo más largo? Eso es probablemente tu pasión.
Dicho de otra manera, la pasión es mitad amor, mitad obsesión. Entonces, ¿qué te gustaría hacer todos los días? ¿Qué es lo que te obsesiona? En la intersección de esas dos cosas está tu pasión.