Guttmann señala que, en el campo deportivo, los dominados pueden vencer finalmente a los dominantes: más aún, que sólo en el campo deportivo es posible esa inversión. Por ello, no podemos afirmar que los deportes se inventaron e implantaron para recibir victorias falsas por parte de los viejos dominados o colonizados. Lo que los inventores y difusores del deporte moderno nunca tuvieron en consideración fue que, junto a sus posibilidades disciplinadoras —para formar buenos ciudadanos con mentes sanas en cuerpos sanos—, el deporte tuviera posibilidades indisciplinadoras: la derrota del maestro, entre ellas. Y también, lo que será un foco importante de nuestra historia, los deportes demostraron, rápidamente, posibilidades narrativas: no sólo como objeto de la prensa popular —que lo fueron, largamente— sino por su capacidad para crear y soportar relatos de identidad, local o nacional