Antes de que llegaras a este mundo, no tenía nada por lo que vivir. Yo cazaba. Yo existía. No esperaba nada con impaciencia. Pero ahora estás aquí, y puede que lleves a mi hijo incluso ahora”. Su mandíbula se flexiona. “Sé que eres más que capaz. El problema no es contigo. Lo es conmigo. Este mundo es peligroso, y pienso en ti, sola, en la naturaleza, y es más de lo que puedo soportar”.