Ester García

  • Malena Tejedahas quotedyesterday
    Cosas que vuelan, las hay —
    Horas, aves, abejorros —
  • Malena Tejedahas quotedyesterday
    Y más tarde, cuando agosto
    agoste las pradera
  • Malena Tejedahas quotedyesterday
    abejas que pensaban del verano
    que era solo un rumor, habladurías,
  • Malena Tejedahas quotedyesterday
    antes que todo reverdezca,
  • Malena Tejedahas quotedyesterday
    junio: error de oro y azul.
  • Ana Saenzhas quotedlast month
    Cosas que vuelan, las hay —

    Horas, aves, abejorros —

    Pero que las lloren otros.

    Cosas que arraigan, también —

    Montes, pesares, lo eterno —

    Mas no me incumben tampoco.

    Lo que, al dormirse, florece.

    Sí. Los cielos. Mas ¿podré?

    ¡Qué sigilo el del enigma!
  • Ana Saenzhas quotedlast month
    Esa cosa con plumas

    que se posa en el alma,

    que musita canciones sin palabras

    y nunca, nunca deja de cantar —

    Furiosa, muy furiosa, ha de rugir

    la tormenta para desconcertar

    a esa voz aún más dulce en la ventisca —

    pajarillo que aliento a tantos da.

    En la tierra más yerma y más helada,

    en el mar más extraño, la he oído;

    y nunca ni el más mínimo consuelo,

    ni en la inclemencia extrema, me ha pedido.
  • Ana Saenzhas quotedlast month
    Un séquito cruzaba el cementerio,

    un pájaro arrancó a cantar,

    y trinó, tremolando, estremeciendo,

    hasta que todo allí empezó a trinar.

    Y él adaptó su partitura al resto,

    y saludó y volvió a empezar.

    Aquel le parecía, sin duda, el mejor modo

    de despedir a aquellos que se van.
  • Ana Saenzhas quotedlast month
    Un camino evanescente

    con el rodar de una rueda,

    una reverberación

    de esmeralda, un alud

    de carmín; y cada flor

    del arbusto, que despierta —

    Es el correo, y de Túnez,

    nada menos, tal vez, llega.
  • Ana Saenzhas quotedlast month
    Hubo una vez una criatura

    más bien menuda y regordeta;

    volvía del colegio, por las lomas,

    con su hilo y su aguja, muy cargada;

    con nueces, compañeros, días de fiesta

    y visiones minúsculas y vastas.

    ¡Qué extraño que unos pies que tanto sostuvieron

    se puedan ir así, como si nada!
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