No sé si son celos, envidia… Pero me siento vulnerable a su lado y solo cuando se marcha me relajo y respiro aliviado. Pese a ello no soy capaz de separarme de él, aunque creo que debería marcar cierta distancia. Esta situación me está cambiando el carácter y me crea angustia y cierta tristeza.
Esa persona puede ser tu pareja, tu madre, un jefe, un compañero de trabajo, un cuñado, un vecino, un amigo… En esa persona su comportamiento, presencia o forma de relacionarse nos altera e invariablemente nos quita la paz.