La vida que Agatha Mary Clarissa Miller dejaba momentáneamente atrás había empezado en la pequeña villa de Torquay, Inglaterra, el 15 de septiembre de 1890. Fruto del matrimonio entre Frederick y Clarissa Miller, Agatha, la menor de tres hermanos, había nacido y se había criado en una residencia ajardinada conocida con el nombre de Ashfield.