Reconozco que cuando iba por la mitad de la historia, el libro me recordó la emoción que de niño sentía al comprar un nuevo sobre de cromos, abrirlo y llevarme la desilusión de encontrar tres de seis repetidos; si, es un thriller psicológico dinámico, tiene mucha acción y su narrativa es intensa en los momentos que debe serlo, tanto que pareces ver una película en tus ojos, lo que más me sorprende es que no se trata de una novela dónde el héroe se involucra por sus principios, los sucesos llevan a Raquel a involucrarse, aunque esos son totalmente inverosímiles, funcionan, de alguna extraña manera funcionan.
A Raquel y a Germán se les presenta una nueva oportunidad de empezar de nuevo gracias a la sustitución que acepta Raquel en un instituto del pueblo de él, pero tras el primer día de clase, todo se torcerá debido a una nota amenazante que encuentra.
El ritmo de la novela va "in crescendo"; si la sientes predecible, puede que no te equivoques, pero seguro seguirás leyendo con tal de confirmarlo; por algunos capítulos me desesperó y sentí que daba vueltas en si misma, que todo resultaba demasiado forzado y los diálogos se tornaban incipientes y laxos, pero ya con la cabeza fría lo descifré, no se trata del detective descifrando, es una profesora intentando unir los puntos ¿Cuanto atinaríamos sin haberlo hecho antes? Leer libros de detectives no nos hace detectives, ojo ahí.
La trama no está mal, los personajes son suficientemente humanos, los giros de tuerca no decepcionan y tiene una dosis de suspenso aceptable, por que todo pasa y las cosas muertas no resucitan.
Interesante
Bueno