Virginia Woolf y Elena Garro están recostadas en la cama. Ambas miran el techo. En el cielo, los zumbidos de avispas anuncian posible picadura mortal. Caen las bombas. Todas las ventanas vibran. Virginia retrocede a otros agostos: Bayreuth, escuchando a Wagner; Roma, atravesando la campagna; Londres, donde se escuchan de nuevo las voces de amigos y retazos de poemas. Elena salta de la cama, descalza, con las trenzas sobre la espalda, metida en un camisón de gasa lila muy escotado. Ninguna tenía intención de ir a la guerra, aun así, terminaron en el frente de batalla. Días después, Elena salió rumbo a París. Virginia hacia las afueras de Londres, porque su casa en aquella ciudad fue destruida. En el cielo o en la tierra, las avispas siguen buscando a quien picar.
🔥✨💖