David Leavitt

Danny le gustaba repetir los argumentos de las películas que había visto o de los libros que había leído en el colegio o los números especiales del National Geographic sobre las colonias de termitas.

Danny se tomó la escala de interés en serio, Creyó que era un rasgo esencial de la vida adulta el que todos se midieran respecto a una regla común

Danny pasó de una verborrea excesiva a un estado casi doloroso de timidez en el que apenas pronunciaba una palabra

protesta; tan intensa en su solidaridad y tan enérgica en su furia que, al oírla, Danny se preguntó cómo alguien podía no sentirse impulsado a modificar su vida

Sonreía forzado, como si intentara combatir un ataque de hipo.

Débiles carcajadas brotaron entre sus dedos, como burbujas que rebosan de una olla que ha roto a hervir.

Le cogió la cabeza y empezó a besarlo.
–April...
–Lo siento, no puedo resistirlo, eres tan mono...

–¡Te está cambiando la voz! ¿Has oído?

más reducido: el feroz y decreciente núcleo de la revolución

Danny estuvo toda la cena mirándola, intentando determinar si algo en su aspecto revelaba lo que la había hecho lesbiana.