En las últimas décadas, la policía se convirtió en objeto de debates públicos en muchos países, en general a raíz de agresiones perpetradas contra la población. Esta violencia fue considerada como un uso abusivo de la fuerza física delegada a la policía por el Estado, que, en principio, detenta su monopolio con el fin de preservar el orden público y garantizar la seguridad pública.