Olvídate del talento. Si lo tienes, bien: úsalo. Si no lo tienes, no importa. Del mismo modo que el hábito es más fiable que la inspiración, el aprendizaje constante es más fiable que el talento. Nunca dejes que el orgullo o la pereza te impidan aprender, mejorar tu trabajo, cambiar de dirección cuando sea necesario. La perseverancia es esencial para cualquier escritor: la perseverancia necesaria para terminar tu trabajo, para seguir escribiendo a pesar de los rechazos, para seguir leyendo, estudiando, enviando material a quien lo pueda adquirir.